2017-10-17-PHOTO-00000221 Por Lilyán de la Vega

Acompaña tus quesos favoritos con el Pecado #5 de Tornazul, Caricia de Miel Trufada. Esta espectacular mantequilla clarificada tiene un sabor sutil y elegante, que da un magnífico equilibrio a los quesos finos de sabores intensos.  En estas fiestas ¡no puede faltar en tu mesa!

Y, ¿sabes por qué es indispensable? Porque sus tres ingredientes han acompañado a la humanidad durante milenios y, juntos, hacen una caricia al paladar.

La trufa es un hongo comestible que crece bajo tierra, en las raíces de encinos y robles. Se conoce desde el esplendor de la Mesopotamia, 2,000 años antes de nuestra era cuando, paradójicamente, los sumerios no le daban gran valor pues la conocían a través de los amoritas, un pueblo nómada que la obtenía en las montañas y a quienes los sumerios despreciaban.

Por su parte, los egipcios descubrieron su aroma y lo consideraban de una exquisitez digna de las mesas de los más acaudalados señores.

“En el siglo IV a.C., ya se celebraban concursos gastronómicos en Grecia, como el que se celebró en Atenas, donde cuentan que se premió un timbal al horno relleno con picadillo de pechugas de faisán y trufas cortadas en finísimas láminas, aderezado todo ello con sal y diversas especias.”[1]

La miel, por su parte, era recolectada desde el año 7000 antes de nuestra era, por los habitantes de lo que hoy es la región de Valencia, en España, según consta en las pinturas rupestres de la Cueva de la Araña.

Este noble producto formaba parte de la dieta mediterránea desde el año 1870 aC[2], como lo muestran los papiros egipcios que representan escenas de apicultores cuidando de sus abejas; la utilizaban también para conservar sus carnes e incluso para fines medicinales.

Finalmente, el ghee proviene de la antigua India. Se hace referencia a él en muchos textos sagrados desde el año 1500 antes de nuestra era.[3] Hasta la fecha, la medicina Ayurvédica recomienda su consumo como una grasa saludable e incluso lo utiliza como vehículo para su herbolaria. Los nómadas de Mongolia siguen utilizándolo como conservador natural y, de hecho, su valor sube en relación con su antigüedad.

En la alta cocina moderna, el ghee se utiliza por su capacidad de soportar altas temperaturas sin quemarse.

El ghee, cuando se hace con el método tradicional indio, tiene un sabor avellanado y es un aceite saludable tanto para su uso en cocina, como para su consumo en crudo; sus propiedades se asemejan a las del aceite de coco o de aguacate al carecer de proteína animal, lactosa, suero y conservadores artificiales.

Como puedes observar, el Pecado #5 Caricia de Miel Trufada, tiene tres tesoros escondidos en su interior; ghee, miel y trufa que juntos constituyen una milenaria caricia al paladar.

[1] http://comerybeber.lasprovincias.es/ferias-fiestas/fitruf/historia-las-trufas

[2] https://apiculturaenvalero.wordpress.com/tag/cueva-de-la-arana-de-bicorp/

[3] https://www.wisechoicemarket.com/blog/a-foodies-guide-to-the-history-of-ghee/

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