Portadas (2)

Los romanos le llamaban secundae mensae, hoy lo conocemos como postre. Ellos solían darlo entre platillos y también al concluir el festín. Es una costumbre que no hemos perdido y que grandes y chicos apreciamos tanto, que incluso hay cocineros especialistas en el tema, los reposteros.

En tiempos de los romanos los postres no eran muy variados. Se ofrecían algunas frutas y panes endulzados con miel. Pero hoy, el arte de la repostería se ha sofisticado de manera increíble. Su diversidad varía de cultura a cultura, pero al parecer, esa dulzura en el paladar es una caricia apreciada en todos lados.

En Tornazul no pudimos resistirnos. Nuestros tres pecados dulces ofrecen una variedad interesante de alternativas para deleitar tu paladar. Pueden usarse sobre fruta, sobre helado, sobre un panqué e incluso para dar un toque diferente a un platillo principal. No te pierdas, por ejemplo, la exquisita combinación de nuestra Caricia de miel trufada untada en un buen pan y combinada con quesos franceses; combina el Tabú de mazapán con trozos de queso de cabra, prosciutto e higos frescos sobre una pizza casera; o carameliza un filete mignon con nuestra Perdición de Caramelo Marino.

 Inventa tus propias caricias culinarias y ¡compártenoslas!

Lilyán de la Vega

 

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