¡Te presentamos a Trufazul! Este hermoso búho, aunque lo veas pequeño, es nada más ni nada menos que el guardián del árbol de la Trufa Azul. Trufazul es inteligente, asertivo y con un paladar exigente, practicante del slow food. Su lema: Disfrutar de la vida y la comida.
La Trufa Azul, también conocida en el mundo fantástico francés como truffe bleu d’hiver, crece de forma silvestre en la Francia Occidental, únicamente en un árbol, no especificaremos cual, en los alrededores de Le Chàteau de la Mothe-Chandeniers, un enorme edificio medieval, construido en medio de un bellísimo y tupido bosque. Alguna vez fue la villa lujosa de la familia Baucay, hoy cedido a la naturaleza, que día tras día invade un nuevo espacio del castillo. Su cultivo hasta ahora es únicamente mágico; su temporada es muy corta, desde finales de noviembre a finales de febrero, temporada de mucho frío; de ahí su color azul pálido. Es lisa, suavemente aterciopelada, su interior es de un color beige oscuro, con finas vetas doradas. Es una trufa muy delicada, una vez extraída dura unas pocas horas. Su aroma es intenso, pero no admite la cocción. Se come cruda, laminada o rallada, sobre el platillo que va a proporcionar, a quien lo coma, grandes dones de Seducción Culinaria. En Le Chàteau de la Mothe-Chandeniers, todos los años se escoge a una persona, alguien que tenga sensibilidad en el paladar y pasión en el alma, una persona que saben, será capaz de transmitir emoción en un bocado.
Una noche de invierno llegó volando hasta la cocina de Alejandra G. Rodríguez y así, sin más, comenzó a contarle su historia. Le contó de las grandes recetas, esas que se hacen con el corazón, de los mejores ingredientes y de las combinaciones perfectas, cuyo objetivo más allá de satisfacer es alegrar los paladares de los mortales.
Juntos, Ale y Trufazul, crearon un gran platillo, mismo sobre el cual rayaron una pequeña y aromática Trufa Azul, sellando con esto un compromiso: el de trasmitir con sus creaciones culinarias la pasión y el disfrute casi pecaminoso por la comida.
Y esa noche fue cuando surgieron los 7 Pecados Culinarios Tornazul
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