Despierto y ahí está esperándome paciente el mar con sus caricias extraviadas. Me acerco hasta su espuma de amante que seduce suavemente y me trae sin remedio recuerdos epidérmicos de arrojo y de clepshidra. Robándose el aliento de mis aguas y de mis sueños hechos de océanos y de lluvias que te habitan; robándose los […]
Ojos de obscuridad, mirada de epidermis. Silencio en la mirada, carnaval de sabores. A obscuras puedo ver el colorido festín de los Aromas. Tomo a ciegas un sorbo de dulce melodía que se hizo vino. La noche se ilumina cuando descubro en mí que puedo saborearte así, con todos los sentidos. Ven, guarda silencio, esta […]
Deseo Qué palabra más hermosa con reminiscencia de oro antiguo, con profundidad de cráter y suavidad de felino. Deseo Como anhelo, como sueño, como ansiosa y crepitante llama. Como montaña lejana habitante de mis ojos. Como recuerdo inventado con mis manos, como cerrar los ojos y sentir de nuevo tu abrazo de labios sedientos. Lilyán […]
Cuando pienso en la palabra caricia evoco, sin duda, el roce de mis dedos sobre otra piel. Es probablemente el contacto humano –después de la mirada profunda- que más disfruto. También es cierto que podemos acariciar con la mirada o con un susurro amoroso. Pero si hay un sonido que me hace sentir una caricia, […]
¿Qué tatuajes esconden nuestros cuerpos? Tú dices que dibujas mapas epidérmicos Sin rumbo definido y sin fronteras A mi me gusta en cambio dibujar poemas Trazar caligrafías interminables De invisible textura y voz muy dulce. Si es cierto que en el cuerpo esta el destino Si esconde las historias que aún no sueño Habrá que […]
Y se fue la luna atrás de ti, Alejandra. Fue noche eclipsada y penumbral. Allá, donde hoy existes, tal vez hubo un binomio de luna de aire y luna quebrada en la inquietud azul. Aquí, donde hoy existo, apenas se asomó discreta para volver a ti. Pero antes, hizo pausa, recogió de mis labios un […]
QUE DE SIEMPRE A LA LUNA Lilyán de la Vega Quiero una ventana que de siempre a la luna. Una ventana muy grande, por donde quepa el raudal de selénica luz en desorden, y alcance a inundarse mi cuerpo de mirada blanca. Por donde no haya una fuga posible del río de suspiros que cae en […]